EL BAUL DEL OLVIDO

20 abril 2006

La Semana Santa

La semana santa es para todos los cristianos, y los que no lo son les hace meditar en algo tan sagrado como es para disfrutarlo en unos días y con un poco de suerte no llueva entonces viene la desilusión y las lágrimas también la impotencia del trabajo perdido, y la desilusión de no sacar al santo de su devoción.
Como contrapunto, está la alegría de la gente que se desplaza a las ciudades para disfrutar de una semana santa insuperable y pasar unos días de descanso y recogimiento.
A parte de las procesiones la gente que aprovecha para estar con sus hijos disfrutando de la montaña y al aire libre, o esquiando, o en la playa si el tiempo lo permite, siempre viene bien unos días de descanso para estar con la familia; algunas veces un poco abandonada; tan bien dejar un poco la rutina que tan estresada tiene a la gente trabajando. En otros casos, como el mío, para pasear por la ciudad que está preciosa en primavera, y además muy tranquila de tránsito, los jardines están preciosos, flores por todas partes. Y aprovecho para comentar que si los ayuntamientos se implicarán más todo sería maravilloso en cada paseo, o simplemente andando para ir a trabajar.
La semana santa: Mueve mucha gente en España, y además trae muchos turistas a nuestro país, lo cual es muy interesante, para que conozcan el país y también dejan un dinero y una cultura, lo cual es interesante, para todas las ciudades que visitan.
El único contrapunto malo es la delincuencia que se cuela en medio de los buenos turistas, y que el gobierno no hace nada por evitar esa delincuencia, y si lo hace no se nota, la crucifixión de Cristo y las penurias que suceden al largo de su andadura. También la solemnidad de las procesiones, el trabajo tan intenso de los cofrades y costaleros sin ninguna remuneración, tan solo la fé que les mueve, los meses de trabajo intenso.
Esto es mi pequeño punto de vista de la semana santa.

06 abril 2006

Esto no es una carta romántíca



Mi carta de amor no es una carta romántica escrita a un primer amor, en mi carta quiero expresar y estoy convencida de ello, que una persona no puede vivir sin amor.
Yo puedo sentir amor o cariño por cualquier persona o cosa. Una simple rosa, si me detengo a mirarla me hace sentir algo especial; En la naturaleza el simple hecho de ver dos mariposas volar o el hecho de que un pajarito esté posado en un árbol cantando esperando a su amor, a mí me enternece. Ver a un abuelo ayudado por un joven transeúnte a cruzar la calle me conmueve.
Y creo que el ser humano no puede vivir sin amor: cuando somos niños, el de nuestros padres, cuando somos adultos el amor en todo su sentido, romántico y arrebatador, cuando ya tienes hijos, el amor a los hijos, la entrega total a ellos, cuando éstos son mayores, no dejas de sentir amor hacia ellos. Cuando se casan o independizan y ya te quedas sola con la pareja, los lazos de los dos son mas estrechos, te das cuenta que sin el apoyo de la pareja uno no es nadie y aun así se necesita amor sentirse uno querido y al mismo tiempo dar amor. Se despide con amor ésta abuela que a veces se pone romántica.

MARIA V.